La cola de pescado se obtiene hirviendo la piel y
otros desperdicios del pescado, incluida la espina, en agua ligeramente ácida.
Se suele comercializar en formato de hojas
transparentes o en polvo.
El proceso de fabricación consiste en hidratar las placas o el polvo de pescado sumergiéndola en agua y dejándolo reposar de 12 a 24 horas para
que la cola se hinche y se ablande.
Una vez hidratada introducimos los granos de cola
en un recipiente de cristal o de barro del doble de tamaño de la cola hidratada
mas el agua y lo calentamos al baño María evitando que hierva.
La cantidad de agua a utilizar es de 70 gr. de
granos de cola por cada litro de agua.
A la cola de conejo se le
pueden añadir un desinfectante del tipo fenol (1 gramo), miel (1/2
cucharada) para mejorar su elasticidad y
un chorro de vinagre para romper tensiones y facilitar la absorción.
Como todas las colas orgánicas, esta cola, si se
conserva muchos días, acaban por descomponerse, sobre todo en épocas calurosas,
por lo que es recomendable hacer solo la cantidad que vayamos a utilizar.
Al igual que la cola de conejo se utiliza para la
fijación de la capa superficial al soporte del mueble, no usándose para adherir
zonas estructurales pues no es resistente.
El poder de penetración de esta cola es muy alto,
ya que es menos viscosa que las otras colas animales. Otra de sus ventajas
reside en que no mancha la madera.
No hay comentarios :
Publicar un comentario